viernes, 31 de enero de 2014

Efectos de la globalizacion (preguntas)

¿Cómo altera la globalización el contexto de producción de significados?
Pues se altera invadido por formas de producción y consumo, una preocupación por el deterioro incontenible de los recursos naturales, el avance de la pobreza ; sin embargo, se hace referencia a un nuevo fenómeno que ha llegado a convertirse en un paradigma para los países en desarrollo.
La globalisacion engloba un proceso de creciente internacionalización del capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones política internacionales y el surgimiento de nuevos procesos productivos, distributivos y de consumo deslocalizados geográficamente, una expansión y uso intensivo de la tecnologia sin precedentes.

¿Cómo influye en el sentido de identidad de las personas, grupos y de las colectivas?
Se influye por funciones de la territorialidad humana es la de comunicar y gestionar el sentido de identidad personal. Este aspecto es también atribuible a la identidad grupal.
 La identidad, en cierto sentido, depende de la habilidad para ocupar y señalizar un territorio como propio , la acción de decorar nuestra habitación con elementos que reflejen nuestra personalidad y doten de significado al área como nuestra). Se trata, en suma, del fenómeno de la personalización. La identidad de un pueblo por tanto no se puede definir como esencia, sino como proceso, algo que está siempre en construcción. Existen otros factores que condicionan la identidad como son los desastres naturales (un terremoto, un incendio, un plaga),  la escasez de recursos (malas cosechas, falta de agua, agotamiento de los recursos) el cambio político por vías democráticas o violentas (golpe de Estado, guerra) o económicos la instalación de una gran industria o el crecimiento urbanístico. Los cambios que afectan a la identidad de un pueblo pueden ser de diverso tipo evolutivo y pueden ser sincrónicos (en un momento dado) o diacrónicos (a lo largo del tiempo). Podemos afirmar por tanto que existe por lo general una fuerte relación en el desarrollo de la identidad entre fenómenos exógenos y sincrónicos y fenómenos endógenos y diacrónicos. Es decir, los cambios que se producen en una comunidad son más rápidos y en un momento dado generalmente cuando son provocados por agentes externos y más lentos y a lo largo del tiempo cuando tienen su origen en la propia comunidad.
También hay que considerar la identidad como una asimilación de valores y pautas de acción que adoptan las personas  y que los asumen como propios,  no como resultado de una denominación de origen o toponimia, sino como conciencia de pertenencia a dicha comunidad. En este sentido la identidad de un pueblo es un gran dinamizador de fuerzas en interacción empujando o frenando en distintas direcciones, en una relación dialéctica desde el interior y con el exterior que son las que van conformando la idea de conjunto, de sistema abierto y dinámico expuesto al juego de tensiones y conflictos, de intereses y expectativas que determinan la personalidad colectiva.
¿Se está produciendo un proceso de homogenizacion cultural vía globalizada?
La homogeneización es un proceso según el cual dos o más elementos se van configurando segú adquirir
 la misma naturaleza o género.
Teniendo en cuenta la nueva escena sociocultural que se presenta ante nuestros ojos en este fin de siglo, dentro de la cual desfilan ciertos procesos reveladores del cambio, como ser una creciente "... pérdida de peso de las instituciones públicas locales y nacionales en beneficio de los conglomerados empresariales de alcance transnacional...", "... la reformulación de los patrones de asentamiento y convivencia urbanos...", "... la reelaboración de lo propio, debido al predominio de los bienes y mensajes procedentes de una economía y una cultura globalizadas sobre los generados en la ciudad y la nación a las cuales se pertenece", "la consiguiente redefinición del sentido de pertenencia e identidad..." de los pueblos y "el pasaje del ciudadano como representante de una opinión pública al ciudadano como consumidor interesado en disfrutar de una cierta calidad de vida", cabe cuestionarnos acerca del impacto negativo que éstos provocan sobre diversas realidades culturales de los pueblos, en particular sobre sus respectivas identidades, aceptando como un hecho ineludible la marcha hacia la aldea global, como paradigma de constitución del mundo con miras a la homogeneización del planeta en lo político, lo económico y lo social.
Para dar una visión más detallada de lo expuesto anteriormente, y lograr el alcance correcto a los términos utilizados en la hipótesis, nos basaremos en ciertas definiciones para poder explicar básicamente lo que entendemos por ellos.
La identidad de un pueblo está dada por "lo que un sujeto se representa cuando se reconoce o reconoce a otra persona como miembro de ese pueblo. Se trata de una representación intersubjetiva, compartida por una mayoría de los miembros de un pueblo, que constituirían un sí mismo colectivo."

¿Conlleva la globalización necesariamente una eliminación progresiva?
Conlleva fronteras financieras (mundialización) a través de la progresiva integración de los mercados financieros mundiales.
El impacto de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos económicos, tiene implicaciones sociales y fenómenos político-culturales importantes. Lleva consigo una tendencia hacia la eliminación de:
- fronteras
- diferencias étnicas,
- credos religiosos,
- ideologías políticas
- condiciones socio-económicas o culturales, entre los países y bloques económicos
- esto es: un proceso homogeneizador a escala planetaria.
La creación de un nuevo sistema económico de alcance mundial, influido por las nuevas tecnologías y la comunicación.
Una tendencia hacia la concentración de medios de comunicación de masas que limita el acceso a la libertad de información y potencia la concentración del poder económico y financiero a escala planetaria.

¿Qué implicaciones tiene la globalización en el plano de la cultura y de la construcción de identidades?
Implica un problema así planteado exige clarificar previamente los conceptos de globalización y de cultura. Necesitamos interrogar con especial cuidado la idea de globalización, ya que ésta suele presentarse de entrada como una doxa en el sentido bourdieusiano del término, es decir, como un régimen discursivo que pretende imponerse como naturalmente evidente y no sujeto a discusión. Es así como la globalización aparece en el discurso hiperbólico y triunfalista de los tecnócratas neoliberales como un nuevo orden mundial de naturaleza preponderantemente económica y tecnológica, que se va imponiendo en el mundo entero con la lógica de un sistema autorregulado frente al cual simplemente no existen alternativas.
Uno de los efectos inesperados de las manifestaciones globalifobias y altermundistas, , ha sido la multiplicación exponencial en el campo académico de innumerables estudios críticos que han contribuido a disipar la doxadejando al descubierto el alcance real y las verdaderas proporciones del fenómeno en cuestión.Se entiende por globalización el proceso de desterritorialización de sectores muy importantes de las relaciones sociales a escala mundial o, lo que es lo mismo, la multiplicación e intensificación de relaciones supraterritoriales , es decir, de flujos, redes y transacciones disociados de toda lógica territorial y de la localización en espacios delimitados por fronteras Así entendida, la globalización implica la reorganización (al menos parcial) de la geografía macro-social , en el sentido de que el espacio de las relaciones sociales en esta escala ya no puede ser cartografiado solamente en términos de lugares, distancias y fronteras territoriales. Esta definición es perfectamente compatible con otras que conciben la globalización en términos de “interconectividad compleja” 
se puede considerarse la industria transnacional de la cultura como el vehículo privilegiado de las multinaciones para la conquista empresarial del mundo, es decir, para imponer determinados modos de vida que facilitan su expansión?
Se podría hablar de una incipiente industrialización de la cultura desde la invención de la imprenta, pero fue necesario que se sumaran otros avances tecnológicos y se expandiera la educación en los siglos XIX y XX para que se configurara una industria editorial, y luego las industrias audiovisuales (radio, cine, televisión, video, fonográfica). En la última etapa, el desarrollo electrónico y satelital, que generó nuevos modos de comunicación – por ejemplo, Internet – permite articular lo que antes se producía en forma separada en cada rama y en distintas naciones
Existen diversas definiciones de industrias culturales. En sentido amplio, podemos caracterizarlas como el conjunto de actividades de producción, comercialización y comunicación en gran escala de mensajes y bienes culturales que favorecen la difusión masiva, nacional e internacional, de la información y el entretenimiento, y el acceso creciente de las mayorías. En los últimos años, el énfasis en una u otra de estas actividades y funciones ha llevado a nombrarlas como “industrias comunicacionales”,
La interrelación entre los países, en las Américas y en el resto del mundo, se modificó desde mediados del siglo XX gracias a las industrias culturales. Hasta hace unos cincuenta años la integración americana, o de cada región, sobre todo en América Latina, era un proyecto político-cultural, con débiles bases económicas y de interés para algunas élites en ciertos países, sin instrumentos comunicacionales para compartirlo con el conjunto de la población. Los movimientos latinoamericanos, aunque invocaran la comunidad geográfica, lingüística e histórica, y a veces el enfrentamiento con poderes extra regionales, eran más bien actos discursivos que movilizaban pocos recursos. Su mayor expresividad y difusión se logró a través de las artes plásticas, la literatura y algunas figuras emblemáticas del cine y la música, en la medida en que unas pocas películas argentinas y mexicanas, boleros, tangos y melodías andinas, lograban trascender las fronteras nacionales.
Se esta gestando la globalización algo así como una cultura global o se están imponiendo globalmente determinados elementos locales de la cultura occidental o mas concretamente, de la cultura popular norteamericana?
Se aborda cuestiones relacionadas con la repercusión de la globalización en ciertos aspectos de la cultura, como la comunicación y el lenguaje, hecho cultural por excelencia. En efecto,
Se suele admitir que el lenguaje está en el meollo de la cultura y de la identidad por dos razones fundamentales, mutuamente relacionadas: en primer lugar, por ser el medio privilegiado por el que los significados culturales se forman y comunican, y, en segundo lugar, por ser el medio y vehículo por el que llegamos al conocimiento de nosotros mismos y del mundo social . 
Pero el lenguaje es facultad y saber que se manifiesta siempre a través de las lenguas concretas; por ello, el análisis de los cambios propiciados por una de las caras del prisma de la globalización –la era de las comunicaciones– ha de realizarse atendiendo a estas, aunque, por razones obvias, nos centraremos aquí en factores esencialmente externos que pueden determinar el papel de los idiomas en el panorama internacional actual

En cualquier caso, parece necesario remontarse a la reflexión sobre la influencia de la “hipercomunicación” 3 en cierta nivelación cultural internacional y al papel de los medios en la generalización de ciertos patrones comunicativos, antes de tratar el caso concreto del español entre el resto de las lenguas relevantes. Por lo tanto, se realiza en las páginas que siguen un recorrido deductivo en el que se vinculan fenómenos paradigmáticos de la historia reciente y contemporánea con tendencias observables en la comunicación a través de las lenguas naturales 4. Abordo, pues, por este orden, las siguientes cuestiones: las repercusiones culturales de la globalización –correspondan estas a productos, costumbres o valores–, en especial las ocasionadas por los medios audiovisuales de mayor difusión ); el papel de la televisión en la transmisión de representaciones culturales y sus posibles consecuencias en los sistemas de comunicación no–verbal y verbal ); un breve repaso al papel de las lenguas en los procesos ligados a la globalización  para llegar a la revisión, a la luz de la bibliografía consultada y de la reflexión llevada a cabo en apartados anteriores, de los datos recabados sobre la lengua española en el panorama mundial .

En este sentido, se prestará atención a aspectos de índole diversa –internos en algunos casos; en su mayoría externos, como decía– que ayudan a calibrar la situación y el papel del español en el mundo, puesto que indiscutiblemente es y será en un futuro próximo una de las lenguas más universales del planeta. Se plantean aquí tanto factores de orden cualitativo como cuantitativo –por otra parte, interrelacionados– en torno al idioma, puesto que la lengua –no hablo ahora del lenguaje– es igualmente factor esencial de la identidad cultural y, por tanto, cabe pensar que, en la medida en que pueda hablarse de cultura global, esta podrá estar, tal vez no determinada, pero sí relacionada con una o varias lenguas que cumplan determinados requisitos, y, como veremos, parece que el español presenta esas condiciones que lo hacen idóneo para un tipo de comunicación internacional, si no global.

¿Conlleva la globalización cultural a largo plazo una destrucción sin paliativo de las tradiciones y su diversidad o más bien permite a los que viven bajo su dominio un grado de distancia y reflexión?
 la globalización es preciso contextualizarla, analizando la relación que actualmente existe entre la globalización y la trama política, cultural, económica y social en general de nuestro último siglo y de estos comienzos violentos del XXI. En el siglo XX, entre la consolidación del modelo económico capitalista neoliberal, las dos guerras mundiales, la polarización política del mundo, el crecimiento sin precedentes de las diferencias entre ricos y pobres -Norte y Sur, primer mundo y tercer mundo-, la inestable y hambrienta depresión de los países pobres, entre tantos otros conflictos, ven la luz las declaraciones de Derechos Humanos positivados en el panorama internacional, pero qué es lo que realmente alumbran no tiene una sola respuesta. Así, con los paradigmas de la modernidad en crisis, con la postmodernidad golpeando a la puerta, con un orden económico asfixiantemente capitalista y un sistema político neoliberal, el globo se globaliza desde el occidente rico. Pero qué es aquello a lo cual nos referimos cuando hablamos de globalización, tampoco tiene una sola respuesta.
Globalización de todo, menos de la calidad de vida, que penetra en cualquier escenario y se irradia desde Europa y Estados Unidos a todos los puntos del planeta, y se respira aún en los rincones más inéditos del mundo, amalgamando escenarios, culturas y diferencias que nos identificaban, unificando formalmente a la humanidad y diferenciándonos en aquello que debería igualarnos: nuestro derecho a ser humanos y a vivir como tales.
Podemos decir, siguiendo a Fariñas, que la globalización es un término polisémico y pluridimensional -lo que lo hace susceptible de análisis interdisciplinarios y no sólo pluridisciplinarios- y que, al ser un proceso dinámico, nos conduce necesariamente a definiciones procedimentales, haciendo referencia a “una serie compleja de ‘procesos’ históricos de transformación económica, tecnológica, institucional y social”. Estos procesos de transformación, lejos de interpretaciones positivas de expectativa hacia sus efectos, implican que mientras más se globalizan las relaciones jurídico-económicas, “más se ‘localizan’ o se ‘fragmentan’ las manifestaciones sociales, laborales y culturales, en las cuales aquéllas han de desarrollarse, produciendo además una relación desigual entre aquéllas y éstas”

la llamada globalización surge “como la manifestación de la filosofía positivista de la historia después del fin de la filosofía dialéctica de la historia” (1997, 66), entrelazada al capitalismo y a la crisis de la modernidad. El capitalismo se constituye, entonces, como la expresión más excelsa del racionalismo moderno porque es, a la vez, su mismo significante; ya que sustituye la racionalidad material por la racionalidad instrumental, pasando por la racionalidad formal. Implica, pues, una progresiva neutralización de los valores humanistas hasta arribar al imperio de la eficiencia, que es el criterio que define la razón instrumental y el objetivo último de la razón ilustrada, así como la eliminación de cualquier vestigio de valores materiales en la razón, es decir, la máxima secularización. La globalización se erige como la filosofía de la historia de la postmodernidad, como la “radicalización de la autocrítica de la razón propia de la última fase de la modernidad que acaba en el fenómeno de la llamada ‘deconstrucción’ … (convirtiéndose en) una metodología de permanente desplazamiento de la razón ... con el objetivo de conseguir su auténtica y definitiva neutralización” (BENEYTO, 1997, 69). Llama la atención Beneyto, sobre lo paradójico de entender que la globalización con su metodología de deconstrucción se identifica con el capitalismo y su metodología de “destrucción creadora”, desde que la deconstrucción de la globalización se asimila al argumento que da el capitalismo en su fase de expansión global. Entendemos que esto podría deberse a que lo que construye la globalización a partir de la deconstrucción, no es más que realidades destruidas y fragmentadas donde no hay un sentido unificador o universal, a la vez que la universalidad totalitaria se ubica en el nuevo trío sagrado del libre comercio- desregulación- eficiencia de los mercados financieros, que son los mecanismos a través de los cuales se construye o de construye esta nueva realidad destruida. 

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